viernes, 20 de abril de 2012

EL NEGRO Y LA ALEMANA



La prestigiosa escritora española Rosa Montero publicó en su columna una anécdota refrescante y conmovedora sobre la convivencia entre extranjeros y los nacionales de un país. El artículo titulado 'El negro' ha causado gran conmoción entre la población inmigrante de España.
Jueves 12 Enero 2012

Una historia de apenas tres párrafos se convirtió en el artículo más leído del periódico el País de España, en su página de internet.

Son líneas conmovedoras sobre la inmigración, uno de los temas más delicados y que mayor preocupación genera entre los ciudadanos europeos. La anécdota que cuenta Rosa Montero es uno de los temas más comentados en redes sociales y considerada por el escritor brasilero Paulo Coelho como lectura obligada. Este es el mensaje:

"El negro"

Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja.

De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta.
Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.
 
¿Qué te sugiere esta historia?

sábado, 7 de abril de 2012

SIGNOS DE LA RESURRECCIÓN


Jesús Resucitó
La muerte ha sido vencida, Aleluia!

¡¡¡Feliz Pascua!!!

Un Cuento...
Fuente: Radio María Argentina
En una tierra en guerra había un rey que causaba espanto, siempre que hacía prisioneros los llevaba a una sala donde en un lado había un grupo de arqueros y en el otro lado una inmensa puerta de hierro
En una tierra en guerra, había un rey que causaba espanto. Siempre que hacía prisioneros, no los mataba, los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una inmensa puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre. En esta sala el rey hacía formar un círculo a los prisioneros y les decía entonces... "Ustedes pueden elegir entre morir por las flechas de mis arqueros o pasar por aquella puerta".

Todos elegían ser muertos por los arqueros, ante el temor de loi que hubiera detrás de esta puerta Al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo había servido al rey se dirigió al soberano y le dijo

- Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?,
- Dime soldado.
- ¿Qué había detrás de la asustadora puerta?.
- Ve y mira tú mismo.- respondió el rey.

El soldado entonces, abrió temerosamente la puerta y, a medida que lo hacía, los rayos de sol entraban y aclaraban el ambiente... y, finalmente el descubre sorprendido que la puerta se abría sobre un camino que conducía a la libertad. El soldado admirado sólo mirar al rey sin articular palabra y el rey le dijo- Yo daba a ellos la elección, pero preferían morir a arriesgarse a abrir esta puerta.

¿Cuántas puertas dejamos de abrir puertas por el miedo de arriesgarnos?
¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, solamente por sentir miedo de abrir la puerta de nuestros sueños?.
Por sentir miedo de confiar de verdad en que la muerte y en este tiempo de Pascua en que la muerte ha sido vencida y estamos llamados a vivir en la libertad de los hijos de Dios, en la libertad de los redimidos, en la libertad de los resucitados. El significado de la palabra Pascua es tomado de su raíz hebrea, saltar pasar por encima , liberar . Pasar por la puerta que vimos cerrada durante mucho tiempo , esta es la invitación de nuestra Pascua , descubrir como el Señor ha abierto la puerta y nos invita a que dejemos de lado nuestro miedo y nos internemos en el lugar de la resurrección.

¿Eres un hombre nuevo, una mujer nueva? La Pascua nos invita a vivirlo y a seguir, porque esto no se termina tiene que tender con esta fuerza y esta gracia que hemos recibido de parte de lo alto, caminar hacia la renovación a ese espacio que se nos promete, lugar de encuentro de misión que es la resurrección, que el Señor abra la puerta y nos permita pasar y nos permita descubrir un lugar nuevo, un lugar distinto, quizás con lo mismo de siempre pero un lugar distinto que se llama resurrección.
La resurrección, este lugar de Gloria, lugar de encuentro con el Padre, un sitio de luz, un sitio donde disfrutamos la sabiduría.
La resurrección el lugar del abrazo, del reposo y el descanso. Resurrección lugar de infinita alegría que no se acaba. Resurrección un espacio donde nuestros corazones pueden acudir. Es la casa de la Luz. En la resurrección mora la plenitud del Espíritu, lugar de vacío de muerte y pecado y de límites.
Este es el lugar donde podemos descansar y renovar las fuerzas. La resurrección es el aliento para nuestra misión, lugar del encuentro con el Amado que está vivo. Salimos a testimoniar con mucha alegría que nos toma el corazón. Resurrección es luz que disemina por el mundo es fuego que arde y enciende nuestros corazones es el lugar donde resplandece la Gloria de Padre, en este lugar se establece y se declara la victoria sobre las lágrimas y sobre la muerte. Lugar de gloria y alabanza eterna
Te invitamos a descubrir este lugar como un espacio donde podemos vivir.

Este es el proceso por el que ha pasado Jesús, signos de resurrección y la palabra lo dice: el sepulcro vacío. Otro signo es la aparición a las mujeres que iban a embalsamar a Jesús y los centenares de testigos según el relato de Pablo. Hoy son signos de Vida en medio de la muerte, sepulcros a nuestros alrededor. Otro signo de resurrección es la alegría pesar de las dificultades es también la fuerza de profundizar la oración para estar más cerca de Jesús en los tiempos de dificultad. Signos de resurrección la acción permanente de gracias a Jesús por su entrega, el gesto de reconciliación que hace tanto tiempo mi hermano necesita y yo también. Signos de resurrección la valentía de ser coherente especialmente con lo que sanamente me dicta la conciencia que mira la verdad.

Consigna: ¿Cuales son los signos de resurrección que descubro a mi alrededor?

Ya no estamos en el mismo lugar que antes de semana santa, el lugar desde donde se para mi corazón, la fuerza la valentía el amor la esperanza y la fe que tiene mi corazón, después de la Pascua no es el mismo

Te comparto un texto bíblico que va muy a tono con este rumbo que vamos tomando. 2 Corintios capitulo 4 versículo 8 -10‘ nos vienen pruebas pero no nos desanimamos, andamos con grandes preocupaciones pero no desesperamos, perseguidos pero no abandonados, derrivados pero no aplastados por todas partes llevamos en nuestra persona la muerte de Jesús para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra persona
Podemos no experimentar grandes cambios luego de este domingo de Pascua pero de algo debemos estar seguros que si hemos muerto con Cristo vamos a tener la garantía que vamos a vivir con Él. La palabra nos decía que las pruebas aparecen, por ejemplo : llego mi trabajo luego de estos tres días, viernes , sábado santo domingo de Pascua , aprovechando las celebraciones y me encuentro en el trabajo con lo mismo, con las pruebas, las graves preocupaciones, me encuentro con las mismas persecuciones de siempre. Con todo aquello que tienden a derribarme, pero entro de una manera diferente. Ya no entro desanimado, desesperado, no me siento abandonado porque he podido descubrir que en la muerte de Jesús, el me toma y yo me dejo tomar, hay un cambio y una transformación y ya no soy el mismo. Muchos me dirán que no pudieron concentrarse en la Pascua por una causa o la otra, por estar dolidos con el Señor, es una buena oportunidad esta noche, mañana o pasado, hay una hora y una invitación para hacer este paso de resurrección. Morir con Cristo es junto a Él mirar nuestra vida y asumir junto a Él lo que somos, Él asumió primero y me invita a que yo lo haga con Él . Jesús pasa por mi pobreza, pasa por lo peor que soy, por lo peor que muestro y aquello que no muestro. Pasa por mis límites, pecados y errores para devolverme la gracia que desperdicié, aquella que malgasté , Él en este lugar de la resurrección al que me invita me abre el acceso a una vida nueva , nueva en su esencia , una vida nueva en el modo de afrontarla en el estilo de vivir sabiendo que restaurado cuento con este auxilio divino que me ubica en otro ángulo del camino pero hace falta inevitablemente para esta resurrección que hagamos el paso de descubrirnos tomados en la Cruz , no hay resurrección sino hay cruz.
Cruz y resurrección es una misma realidad, sufrimiento y gozo, recibir como un regalo, la resurrección implica decir que si lo quiero hacer.
Ver la Cruz sin la resurrección no lleva a la desesperanza, en cambio ver la Cruz significada en la resurrección es afirmar esta victoria de Dios. No hay resurrección sin la Cruz.
En la Pascua todo comienza de nuevo, es la nueva creación que necesita de nuestra entrega y disponibilidad. Dios se va a revelar en lo increíble en lo imposible va a crear de la nada donde el amor tiene la última palabra. La fragilidad de Cristo en la cruz vence al odio y a la violencia. Aquí el perdón es victoria sobre la traición, el abandono, la cobardía y la mezquindad egoísta.
Dios está removiendo la piedra que mata nuestra desesperanza, vence con la vida a la muerte. El milagro de la resurrección es este Dios vence con la vida a la muerte.
Aunque en nuestras realidades cotidianas parezca que no, es la victoria del amor sobre odio, el abandono, la cobardía, la mezquindad.
Este lugar de la nueva creación de la novedad para tu vida implica que yo pueda ser partícipe, Dios nos regala y nosotros recibimos este regalo. Imaginemos la piedra del sepulcro, el distraído tropieza con la piedra, el violento la utiliza como proyectil, el emprendedor construye, el campesino cansado la utiliza como asiento, para los niños es un juguete, David se defendió y mató a Goliat y Miguel Ángel obtuvo la más bella escultura. En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre, lo diferente está dentro nuestro que permite que la victoria en nuestra vida pueda darse y que ese lugar que me parece que es piedra y es un obstáculo puede ser aprovechado para el crecimiento y superamos cuando dejamos que este Dios pueda mover esta piedra. Queremos que descubras que la piedra ha sido movida y hay signos de resurrección. Un sepulcro vacío un Jesús que se ha aparecido y que muchos lo testimonian.
¿Cómo está decorado el lugar de la resurrección? Este lugar se decora con signos de resurrección, muchas veces cuando no estoy bien no me interesa nada de lo que está a mi alrededor y cuando estoy muy contento pongo algunas flores limpio y ordeno las cosas. En este lugar de resurrección hay signos que manifiestan la presencia de Jesús en tu vida.

El camino de la resurrección está señalizado, el Señor nos ha dejado unos indicios para que podamos transitar, nos ha dejado regalos que se desprenden del sacrificio que Él hizo por nosotros.
Estamos hablando de los frutos de la resurrección:

La comunión.
 
Nos dejó un gran cartel de la Comunión, que puede sumar todos nuestros corazones y nuestras manos. Los primero frutos de la Pascua de resurrección se encuentran en la experiencia de la comunión. La solidaridad con todos los hermanos y hermanas, aquellos que me caen bien y aquellos que no, constituye una respuesta natural.

¿Cómo está la comunión en mi vida luego de esta Pascua?

La paz.
Veo un graffiti que dice Paz y está hecho con aerosol especial, frente a la cultura de este fuego cruzado la Pascua nos está invitando a la paz. Es la paz que da el Señor resucitado es fruto de la comunión con Dios, esta paz que cuando Jesús se aparece a los discípulos se las da en el lugar mismo ‘La paz esté con ustedes no teman’
Este graffiti que dice paz es otro de los frutos de la resurrección

La alegría
Por allá en la esquina veo una gran sonrisa pintada tan profunda como tentadora, la miro y inevitablemente río. Estamos hablando de otro fruto: la alegría. La alegría frente a la tristeza, al desasosiego, al decaimiento. La Pascua nos descubre este gran secreto del amor de Dios , la Vida Eterna y esto nos pone feliz , esto convierte nuestra existencia en un surtidor constante de alegría . ¿Por qué estoy alegre? Porque se que la vida no se acaba hay una Vida Eterna la cual nos ha sido prometida y se nos indicó por donde ir. El que nos mostró el camino y está vivo es Jesús. La alegría que tenían los discípulos al descubrir que su Maestro amado, aquel a quien habían seguido, admirado, escuchado y que estaba metido en sus corazones , no había muerto. Había resucitado y estaba vivo y estaba con ellos de un modo diferente pero estaba vivo y presente
La alegría después de esta Pascua ¿Cómo está la alegría en tu corazón? Hablo de la alegría profunda no de aquella seudo alegría superficial dada por motivadores externos, la alegría profunda del corazón que se basa en una gran confianza y en un amor que se recibe.

La esperanza.
 
Pensaste que esto terminaba aquí, no, detrás de trazo verde Jesús dejó la pincelada de la esperanza frente al pesimismo. La Pascua nos pide y no exige confiar y esperar en Dios, solo quien espera en El es capaz de llegar a cumplir los más altos ideales. ¡Como no esperar en el Señor que ha vencido lo invencible para el hombre que es la muerte, El la ha vencido , que más le queda vencer? , nada más, la Vida ha vencido a la muerte, nuestra esperanza se hace infinita ¿Cómo está la esperanza en mi corazón? ¿Cómo está sostenida la esperanza hoy después de la Pascua?

El amor.
 
Pero hay algo más, la experiencia del fruto del amor frente al egoísmo, la Pascua frente a la realidad de la mezquindad y del egoísmo al ver a Jesús nos enseña que el servicio es el pasaporte necesario para poder entrar en el país del Cielo. El amor es otro fruto de la Pascua ¿Cómo está en mi vida luego de este paso? Y si las cosas de la vida nos quiere jugar una mala pasada no tendríamos que preocuparnos estamos en el espacio de la resurrección.

El perdón
 
Aquí tenemos la doble flecha del perdón frente al odio, la pascua nos empuja a las dos vertientes de la vida cristiana, el perdón y la reconciliación. La pascua es el signo acabado y completo de esta realidad del perdón.
Recibimos como fruto el perdón. ¿Cómo está el perdón en mi? 
La ilusión
La alegría y la esperanza nos invita nos empuja y nos motiva a la ilusión, a la ilusión que se presenta frente al desencanto. La pascua nos hace ver el horizonte de nuestra existencia con unas lentes muy especiales. De tras el fracaso aparente espera un mañana feliz. Te lo digo de nuevo, detrás del fracaso aparente espera un mañana feliz. Este es otro fruto de la resurrección.

La valentía
Y como si esto fuera poco, como cuando alguien sube a vender algo en el colectivo y como si esto fuera poco, también recibimos enciende nuestro corazón la valentía frente a la cobardía, la pascua nos confiere fuerzas para seguir adelante. Jesús ha cumplido y por lo tanto nos da una buena inyección de fortaleza. Jesús ha cumplido las promesas. Jesús ha vencido la muerte y esa fuerza nos transforma y nos fortalece a nosotros. Este es otro fruto de la resurrección.

La fe
 
Y por último la fe frente a las dudas. La pascua nos confirma en el camino emprendido en el día de nuestro bautismo. La experiencia de Jesús resucitado, hace que nos sintamos como arropados por su espíritu y por los deseos de crecer como creyentes, como peregrinos, como buscadores de una promesa, como orantes comprometidos en pro de un orden nuevo en un mundo que necesita, en pro de un orden nuevo en el mundo desde la perspectiva del evangelio.

Te recuerdo los frutos que tenemos nosotros de la resurrección. La comunión, la paz, la alegría, la esperanza, el amor, el perdón, la ilusión, la valentía y la fe. Frutos de la resurrección que decoran este espacio de resurrección en el que hoy y esta noche estamos invitados a habitar y a vivir sobre todas las cosas.

Seguimos transitando este espacio de resurrección. Bien nuevitos luego de este domingo de pascua que hemos compartido. Y lo vamos hacer durante ocho días, lo que se llama la octava de pascua. Reviviendo cada día de esta semana como si fuera el mismísimo domingo de pascua.
Me quedo con esta frase: los signos de resurrección se van desarrollando con intensidad en medida de la carga de la cruz que cada uno se atreve a abrazar. En medida de la carga de la cruz que cada uno de nosotros se atreve a abrazar con Jesús.
Para profundizar más sobre la resurrección podemos leer el Catecismo de la Iglesia Católica desde el punto 639 al 655.
Me imagino la Pascua como una luna de miel un renacer una relación distinta con el Señor que es luna y que tiene miel, muchas veces cunado la luna de miel acaba el amor comienza a morir a perder sabor, alegría a llenarse de resentimiento esto no pasa por parte del Señor pero si por parte de nosotros que somos limitados y que aflojamos. La mayoría de las veces es la negación a entrar otra vez en este misterio Pascual y nos preguntamos si ya tuve el viernes, el sábado y el domingo, quiero que sea siempre domingo de Pascua. Nos negamos a ingresar en este misterio Pascual Luego de la luna de miel los amores y amistades al igual que Jesús necesitan ascender al tercer día elevarse a un nuevo nivel y dar a luz a un espíritu nuevo y más profundo. La pascua es un proceso que vamos actualizando todos los días, no en vano la celebración de la misa cada día es una actualización de la Pascua de Jesús.

TE comparto una poesía de Paul Claudel

¡Dios mío, he resucitado y estoy otra vez Contigo!
Dormía y estaba tumbado como un muerto en la noche.
Dios dijo: Hágase la luz y me he despertado
¡Como se lanza un grito!
¡He resucitado y me he despertado,
estoy en pié y comienzo el día que empieza!
Padre mío que me has creado antes de la aurora,
me pongo en Tu presencia,
Mi corazón está libre y mi boca es clara,
el cuerpo y el espíritu están en ayuno.
Estoy absuelto de todos mis pecados
Que he confesado uno por uno.
El anillo nupcial está en mi dedo y mi rostro está limpio.
Soy como un ser inocente en la gracia
Que me has concedido» Amen


viernes, 6 de abril de 2012

EN LA CRUZ NOS ENCONTRAMOS CON LA VIDA



La oración que abre la celebración de hoy nos sitúa en el corazón del misterio que celebramos: "Jesucristo instituyó por medio de su sangre el misterio pascual". Como comunidad de discípulos de Jesús, nos reunimos para hacer memoria de la dimensión de humillación y dolor del misterio de la Pascua cristiana. En el centro de la celebración está Jesús, que fue apresado como un malhechor; juzgado y condenado como un blasfemo; ridiculizado y azotado como un esclavo; ejecutado en la cruz como un bandido. Como recuerda Pablo en la carta a los fieles de Filipos: "Se humilló, llevando su obediencia hasta la muerte de cruz". La memoria de Jesús muerto y sepultado la hacemos leyendo la Palabra de Dios, que nos ofrece las claves del misterio que celebramos; con la oración universal; con la veneración de la cruz, en la que Jesús nos reveló su amor hasta dar la vida; y la comunión con este Jesús, que entregó la vida por nuestra salvación. Pero en todo ese misterio ya sentimos un aire de liberación, porque Jesús, el cordero, no pierde la confianza y esperanza en el Padre.

Porque expuso su vida a la muerte, rehabilitó a todos.

El cuarto "cántico del Siervo" del segundo Isaías, afronta con gran realismo el sufrimiento y el rechazo de que es objeto por parte de los adversarios, hasta la victoria final. Aunque sigue sin determinarse la identidad del siervo, aparece claro el sufrimiento que tiene que soportaren su propia carne como consecuencia de la injusticia. Curtido en el dolor; desfigurado en su presencia y en su belleza, "no parece hombre". Fue arrancado físicamente de la tierra de los vivos; le dieron sepultura entre los malvados.

Su dolor no fue en vano: "Con sus cicatrices hemos sido sanados". El siervo inocente, al final verá la luz; rehabilitará a muchos, "porque cargó con los pecados de todos, e intercedió por los pecadores" (Is 53,12). No es difícil adivinar la presencia de los "cánticos del siervo" en los relatos de la pasión de Jesús, que nos han transmitido los evangelistas. Aquí se pone nombre al siervo: Jesús de Nazaret. Su pasión y su muerte son interpretadas en clave de salvación. En labios de Jesús pone Marcos estas palabras: El Hijo de! hombre "vino a dar la vida en rescate por muchos" (Mc 10,45). Su final tampoco fue un fracaso: "Luego de tres días resucitará" (Mc 10,34).


Lo he glorificado y de nuevo lo glorificaré.


La liturgia propone hoy la lectura de la pasión en la versión que nos ofrece San Juan. Su relato es una mezcla de información histórica y mensaje teológico. El evangelista ubica la pasión y muerte de Jesús en la "hora de pasar del mundo al Padre", como trance necesario.
La pasión es el segundo paso en el "camino de gloria". Momentos antes de salir con los discípulos camino de la "vía dolorosa", Jesús nos ofrece las claves de la lectura: "Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo" (Jn 17,1). En esta clave tenemos que leer hoy la pasión de Jesús que nos ofrece San Juan. Discurren paralelos, el dolor y la humillación del siervo que lava los pies; y el Señor que tiene autoridad sobre los poderosos de este mundo y sobre la muerte. Se trata de la "gloriosa pasión de nuestro Señor Jesucristo". Este contraste aparece en varios momentos del relato. Los que apresan a Jesús como a un bandido, son los que caen por tierra al oír: "Yo soy". A la entronización burlesca de los soldados, responde la proclamación de Jesús: "Yo soy rey"; y la presentación solemne de Pilato: "Aquí tienen al rey de los judíos"; ratificada por el letrero que ponen sobre la cruz. La verdadera entronización se produce al ser elevado en la cruz: "Cuando yo sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí" (Jn 12,32).

Miren el árbol de la cruz

Un momento importante de la celebración litúrgica de hoy es la veneración de la cruz. Para los discípulos de Jesús, la veneración de la cruz tiene el mismo sentido que la lectura de la pasión de san Juan. Lo refleja la aclamación que la acompaña: "El leño de la cruz donde estuvo colgado el Salvador del mundo". "El cual llevado a la consumación, se ha convertido para todos en autor de la salvación" (Heb 5,9). Los discípulos de Jesús rechazamos la cruz, en cuanto instrumento cruel de suplicio. La cruz la veneramos, en cuanto que es el signo donde Jesús entregó la vida para salvación del mundo. Es el signo que mantiene viva la memoria de que Jesús amó hasta entregar la vida. Veneramos, celebramos al que tuvo el gesto de amar de esta manera: Jesús de Nazaret. Lo que es glorioso no es la cruz, sino aquel que mostró su amor a la humanidad desde la cruz.

Cristo padeció por nosotros, sigamos sus huellas.

Sería bueno, que hoy hiciéramos memoria de la muerte de Jesús, celebrando su Pasión. Comulgar no sólo su Cuerpo Sacramentado, sino también comulgar de su dolor, agonía, sufrimiento, pasión y muerte. Comulgar con Jesús humillado, maltratado, muerto, significa tomar sobre nuestros hombros nuestra cruz y compartir con tantas personas que como Jesús son injustamente condenadas, violentamente agredidas por los amos del poder, y en muchos casos vilmente asesinadas. De esta forma, entramos en la dinámica liberadora de la muerte de Jesús, y colaboramos a que muchas personas resuciten a una vida feliz. No existen dos caminos: "vía crucis" y "vía de luz". Uno es el camino, con estación fuerte en el Gólgota, pero con reinicio glorioso tras el final feliz al alborear de Pascua. Como pionero, Jesús fue el primero en hacer todo el camino. A nosotros sus discípulos nos toca seguir ahora sus huellas. 


LOS ESTIGMAS, DESCONCERTANTES SIGNOS DE LA PASIÓN DE CRISTO

Entrevista con el catedrático de espiritualidad Tito Paolo Zecca





Desde Francisco de Asís (primer santo de la historia en que se ha podido comprobar este fenómeno) hasta el beato Pío de Pietrelcina (uno de los últimos casos) se han dado unos 250 casos de personas con estigmas, en la mayoría de los casos con comprobación científica. Pero, ¿qué significan esas llagas dolorosas en las manos y en los pies de personajes que en algunos casos, con su espiritualidad, han cambiado la historia del mundo y del cristianismo?

Para comprender mejor el debate, Zenit ha entrevistado al padre pasionista Tito Paolo Zecca, profesor de Teología pastoral y espiritualidad en la Universidad Pontificia de San Juan de Letrán y en el Ateneo Pontificio Antonianum de Roma. Este catedrático, que ha dedicado investigaciones y libros al argumento, es uno de los máximos expertos mundiales en la materia.

Acaba de presentar sus últimos descubrimientos en una conferencia dictada sobre «El Crucifijo de la Sábana Santa y las personas con estigmas» en el centro de Sindonología del Caravita, en Roma (http://www.sindonologia.it). 

--Zenit: ¿Cuál es el significado de los estigmas?

--Tito Paolo Zecca: En el misterio de la resurrección de Jesús, el Evangelio muestra cómo no han quedado canceladas su llagas. Los estigmas representan un signo de lo que sufrió Cristo durante la pasión, y por tanto constituyen un dato teológico en el que hay que profundizar mucho más de lo que hemos hecho hasta ahora. En el Evangelio de Juan, cuando Jesús entra en el Cenáculo con las puertas cerradas y saluda a los discípulos, muestra los estigmas para identificarse. A santo Tomás le dice: «Mete tu dedo en mi costado». La consternación de los apóstoles es también un hecho revelador de este misterio. Este fenómeno muestra la eficacia de la salvación de Cristo en la Cruz y permanece de manera particular en el signo de los estigmas, convirtiéndose en un dato distintivo de la eficacia redentora y salvadora de la fe. 

--Zenit: Ha habido 250 casos de santos y beatos que han tenido los estigmas. ¿Cuál es el significado histórico de este signo? 

--Tito Paolo Zecca: Es un dato particular de la espiritualidad y de la mística occidental. A partir de san Francisco, hemos tenido un número significativo de santos y beatos que han vivido la experiencia desconcertante de la reproducción en su cuerpo de los estigmas de Cristo. Hasta ahora, la investigación ha subrayado el carácter de configuración e imitación de Jesús, que surge de la intensa relación personal que han mantenido con él estas personas. Sin embargo, se ha analizado muy poco el papel que estos santos y beatos han desempeñado en la Iglesia. No se ha reflexionado suficientemente en la misión particular que está ligada a los estigmas.

--Zenit: ¿Puede poner algún caso concreto?

--Tito Paolo Zecca: Por ejemplo, san Francisco de Asís recibió los estigmas cuando todos sus proyectos de santidad --fundación de la Orden, aprobación de la regla primitiva, viaje a Palestina-- habían fracasado. Se encuentra solo y abandonado. La configuración con el Crucificado le consuela, pero al mismo tiempo el sufrimiento de los estigmas se convierte en un bien para su Orden y en un mensaje para toda la Iglesia.

El sucesor de san Francisco, Fray Elías, entendió el significado de los estigmas y así lo subrayó en la carta que dirigió a todos los fieles. 

Este mismo mensaje y misión de los estigmas puede constatarse en Santa María Magdalena de Pazzi y en santa Catalina de Siena. En el siglo que acaba de concluir esta misión se constata con claridad en personajes como santa Gemma Galgani (fallecida en 1913), el beato padre Pío de Pietrelcina (1887-1968), y Marthe Robin (mística francesa fallecida en 1981 de quien se están estudiando sus escritos antes de emprender el proceso de beatificación).

Marthe Robin se ha hecho conocida después de que el famoso escritor Jean Guitton escribiera el libro «El viaje inmóvil» Durante cuarenta años esta mujer estuvo sin moverse en su lecho. Al igual que Gemma Galgani y Pio de Pietrelcina, ha dado vida a muchísimos grupos de espiritualidad y oración en todo el mundo.

--Zenit: ¿Qué es lo que experimenta quien recibe los estigmas de la paisión de Cristo?

--Tito Paolo Zecca: Se trata de una experiencia de alegría y dolor. El Señor es siempre el que toma la iniciativa. Los destinatarios de los estigmas consideran esto como una inmensa gracia, de la que no se sienten dignos. De hecho piden al Señor que se la quite, pues se avergüenzan. Esta actitud es evidente en el padre Pío. El beato de Pietrelcina muestra claramente cuál es la misión de quien lleva los estimas. El padre Pío funda grupos de oración y la Casa de Alivio del Sufrimiento (un gran hospital), realizando una obra concreta para aliviar los sufrimientos físicos. Además, a través de la oración, profundiza en la capacidad de intercesión de las personas unidas a quien padece los estigmas que renueva el mundo, lo salva y lo protege.

--Zenit: Pero, entonces, ¿por qué da el Señor esta «gracia» a ciertas personas? 

--Tito Paolo Zecca: La respuesta está precisamente en su misión. Es un servicio que la Iglesia necesita en un momento particular de su historia. Es como un signo profético, un llamamiento, una dato sorprendente capaz de recordar a los hombres las cosas esenciales, es decir, la conformación con Cristo y la salvación de Cristo que con sus llagas nos ha rescatado.

En cierto sentido, todos nosotros llevamos los estigmas, pues con el bautismo estamos sumergidos en la vida de Cristo, que nos permite participar en el misterio pascual de su muerte y resurrección. En su pequeñez, cada uno de nosotros lleva los estigmas. Si los lleva con espíritu de fe, esperanza, valentía y fortaleza, estas llagas, que pueden ser purulentas y que no cicatrizan nunca, pueden servir para curar a los demás. 

En definitiva, los estigmas representan la aceptación consciente de la Cruz vivida espiritualmente.